Si la pérdida y el desperdicio de alimentos fuera un país, este sería el tercer mayor emisor de gases de efecto invernadero.
¿Sabías que el desperdicio de alimentos tiene un impacto significativo en la crisis climática, pues es el responsable de la producción del 10% de los gases de efecto invernadero (GEI) que afectan al planeta?
La producción de alimentos requiere enormes cantidades de agua, tierra y energía, que se desperdician cuando tiramos comida a la basura. Además, los alimentos en descomposición liberan gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático.
También significa mucha destrucción del bosque, desviación del agua de los ríos, degradación del suelo y pérdida de biodiversidad. Todo por nada. Y le cuesta a la economía global miles de millones por año, un costo sorprendente para todos los ciudadanos y una pérdida de ingresos para los agricultores.
Se estima que la pérdida y el desperdicio de alimentos a nivel mundial varía entre 20% y 45%, dependiendo del tipo de producto que se trate, siendo las frutas y verduras lo que más se pierde, junto con las raíces y tubérculos (45%), seguidas por los cereales, pescados y productos marinos (30%), 20% de los productos avícolas, lácteos, carne de vacuno, legumbres y oleaginosas.
Debemos cambiar de dirección por el bien de las personas y la naturaleza, haciendo que la pérdida y el desperdicio de alimentos sean inaceptables social y políticamente, y garantizando que todos los involucrados en la producción de alimentos transformen sus prácticas laborales.
El desperdicio de comida es un problema costoso, tanto para las familias como para las empresas y los países, mientras se desperdician toneladas de comida, millones de personas en el mundo sufren hambre.
¿Qué podemos hacer?
- Planificar las compras: Compra solo lo que necesitas y evita comprar en exceso.
- Almacenar correctamente: Guarda los alimentos en condiciones adecuadas para prolongar su vida útil.
- Consumir lo que compras: No dejes que los alimentos se echen a perder en el refrigerador.
- Aprovechar las sobras: Prepara nuevas recetas con los restos de comida.
- Apoyar iniciativas: Busca empresas y organizaciones que trabajan para reducir el desperdicio de alimentos.
Juntos podemos marcar la diferencia. Cada pequeño cambio que hagamos en nuestros hábitos de consumo puede contribuir a un futuro más sostenible y a una alimentación más responsable.
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