GUÍA PARA PREVENIR Y REDUCIR LA PÉRDIDA DE FRUTAS Y HORTALIZAS. PARTE 2

GUÍA PARA PREVENIR Y REDUCIR LA PÉRDIDA DE FRUTAS Y HORTALIZAS.     PARTE 2

En la primera parte de esta guía, exploramos el problema de la pérdida y el desperdicio de frutas y hortalizas, destacando su impacto económico, ambiental y social. Analizamos las diferentes etapas de la cadena de suministro donde se produce la pérdida, desde la producción hasta el consumo final.

Ahora, en esta segunda parte, nos adentraremos en estrategias y prácticas específicas en la producción agricola que permitan prevenir y reducir la pérdida de frutas y hortalizas en esta etapa de producción. Abordaremos temas cruciales como la selección de variedades, la gestión de plagas y enfermedades, la correcta manipulación de los cultivos y la optimización del riego.

Prepárate para descubrir herramientas y técnicas prácticas que te ayudarán a maximizar la producción y minimizar el desperdicio de alimentos.

2) Producción agricola

Corresponde a todo el proceso que implica cultivar un alimento, desde la siembra hasta la cosecha. A continuación, algunas prácticas:

2.1 - Planificación del Cultivo

El manejo del cultivo trae consigo una planificación que busca responder algunas preguntas como: ¿qué productos serán sembrados? ¿en qué cantidades? ¿cómo se podrán optimizar los recursos? ¿cuál es el lugar adecuado para establecer el cultivo? Debido a que una gran cantidad del alimento que se pierde podría evitarse si se planifica suficientemente el cultivo, en esta sección se pretende responder esas preguntas y así prevenir el uso innecesario de recursos para producir alimento que no será consumido. En los siguientes numerales, se detallan algunas prácticas de planificación del cultivo, que podrían poner en práctica las agricultoras y agricultores para prevenir la pérdida de alimento, por medio del aprovechamiento de los excedentes:

2.1.1 Elegir el sitio de siembra

Antes de sembrar o trasplantar, es importante reconocer si el predio cuenta con las condiciones óptimas para que el cultivo se desarrolle de manera adecuada. Las características geográficas, el tipo de suelo y su contenido de nutrientes, la humedad, temperatura, disponibilidad y calidad de agua, entre otros; son aspectos claves para ello. Para asegurarse que está tomando las decisiones correctas recurra a profesionales u organizaciones especializadas, datos estadísticos, tendencias de consumo y la experiencia de otros agricultores.

Algunos aspectos para tomar en consideración para elegir el sitio de siembra son:

  • Realizar una caracterización del predio que incluya, cursos de agua, dirección del viento, tipos de suelo, plagas/enfermedades recurrentes, clima, disponibilidad de mano de obra, infraestructura, hierbas indeseables al cultivo, entre otras.
  • Identificar las fuentes de agua que empleará para el cultivo, así mismo, reconocer que tanto la calidad como la disponibilidad de agua sean aptas para el cultivo.
  • Observar el entorno del sitio para evitar la contaminación cruzada por actividades no compatibles con el cultivo, para ello evite establecer el cultivo en zonas donde:
¿Sabías qué?
El cambio climático es uno de los factores que está modificando el uso de suelo de algunos sectores desplazando los cultivos a otras regiones.

Dato útil:
Antes de cultivar verifique que el uso de suelo agrícola actual sea apropiado para el alimento que se planea cultivar.

2.1.2 Crear un plan de cultivo

Por medio de un diseño predial, crear un plan de cultivo permitirá estar preparado ante eventos inesperados, ser eficiente en la utilización de insumos y evitar efectos adversos en sus cultivos, de manera de prevenir la pérdida de alimento.

A continuación, se presenta un listado de buenas prácticas a considerar:

  • Dibujar las áreas de cultivo: Planifica la ubicación de los cultivos en el predio, la densidad de siembra y la rotación de cultivos; esto permitirá maximizar el aprovechamiento de los nutrientes y disminuir la necesidad de fertilizantes.
  • Reconocer las plagas/enfermedades con presencia en la región: Diseña un plan de cultivo previniendo la presencia de plagas y/o enfermedades, para ello se pueden establecer hileras o combinación de plantas (corredores biológicos o bandas florales) que repelan o controlen ciertas plagas, también se puede promover la presencia de organismos predadores nativos de las especies “plaga” para mantenerlas controladas bajo el umbral de daño económico.
  • Diseñar sistemas de riego y drenaje: Que eviten la acumulación de agua como foco de propagación de plagas/enfermedades.
  • Definir la fecha de siembra y/ trasplante: Buscar asesoraría de un experto, a la experiencia de otros agricultores o un calendario de siembra actualizado específico para su región, para conocer la fecha de siembra óptima. Una siembra fuera de tiempo trae consigo, efectos negativos en la calidad del producto final (por ejemplo: pérdida total del cultivo o un bajo rendimiento), lo que podría generar pérdida del producto por no tener mercado.

2.1.3 Selección de las variedades y calidad del material de propagación

Elegir variedades comercialmente viables y a la vez resistentes a la manipulación, temperatura, plagas, entre otros, evitará pérdidas importantes. Preferir variedades resistentes es una buena opción cuando de optimizar los recursos se trata. La calidad de las semillas, plántulas, plantas de vivero, esquejes u otro material de propagación es fundamental para mantener la productividad y calidad del alimento.

  • Obtener material de propagación de viveros o semilleros autorizados: Obtener material de propagación de viveros o semilleros autorizados: Permitirá controlar que no se compren semillas mezcladas, que no tengan presencia de plagas y enfermedades, entre otros. Se recomienda chequear con la autoridad fitosanitaria local el listado de productores de semillas certificadas. Para el caso de Chile ver el Anexo 3 letra B y letra C.
  • Para el caso de semillas, tubérculos y bulbos que son almacenadas de una temporada a otra, es importante almacenarlos y rotularlos de tal manera que se eviten las mezclas de diferentes variedades, para ello se propone:

-Almacenar en un contenedor de material impermeable, en un lugar fresco, ventilado y lejos de la luz solar directa (FAO, 2013a) .

-Rotular y mantener separada de otros materiales de propagación. Evitará que se mezclen variedades distintas de un tipo de alimento, de esta forma se asegurará que el alimento que se cultive cumpla con los requerimientos del comprador.

2.2 Manejo del cultivo

Una vez cultivado el alimento, se recomienda que el agricultor o agricultora mantenga las condiciones óptimas para evitar que el alimento crezca en presencia de plagas, exceso de sol, falta de agua, o algún evento desfavorable hacia el cultivo. Las preguntas que tendría que formularse son: ¿qué insumos serán utilizados? ¿en qué cantidades? ¿cómo se podrán optimizar los recursos hídricos? ¿Cuento con un plan de contingencia ante un evento climático inusual? Esta etapa es muy importante, ya que acompaña todo el proceso de crecimiento del cultivo hasta la maduración del alimento. Si se mantiene un buen manejo de cultivo se previene la pérdida de alimentos. A continuación, se detallan algunas prácticas que podrían poner en marcha las agricultoras y agricultores para prevenir la pérdida de alimento:

2.2.1 Selección y aplicación de fertilizantes y abonos

Para determinar las necesidades nutricionales de un cultivo, es fundamental contar con la asesoría de personal competente en la elaboración de un programa de fertilización. Así mismo, las condiciones físicas (contenido de humedad, textura, etc.), químicas y microbiológicas del suelo pueden ser mejoradas mediante la aplicación de abonos recomendados.

La selección y aplicación correcta de estos insumos mantiene la salud y el buen desarrollo de las plantas y el suelo; sin embargo, la aplicación excesiva puede llegar a contaminar los recursos hídricos y generar emisiones de gases de efecto invernadero, así como también afectar en la inocuidad del alimento, y en consecuencia generar pérdidas de alimento. Por otro lado, si existe un déficit de nutrientes se produce un desbalance nutricional, lo que provoca que el cultivo sea más susceptible al ataque de plagas y enfermedades.

Algunas prácticas a considerar son:

i. Abonos: Mantener el suelo del cultivo enriquecido con material orgánico ayuda que la producción agrícola tenga un mejor desempeño, y por lo tanto, haya menos probabilidades de perder alimento por calidad o tamaño. Algunos ejemplos de abonos orgánicos son: el humus de lombriz, compost, guano, etc. los cuales ayudan a reducir la erosión y a mejorar la retención de la humedad9 . Partiendo de esta base y conociendo los requisitos del cultivo y la calidad del tipo de suelo, permitirá asegurar obtener un producto de la calidad deseada.

Para el uso de abonos tenga en cuenta las siguientes consideraciones:

  • Si los productos orgánicos son de elaboración propia, estos deben haber completado su proceso de maduración para evitar la proliferación de insectos, ratones u otros vectores , que puedan contaminar el alimento. Así como también, conocer los parámetros adecuados de aplicación del producto.
  • Si son adquiridos en el mercado, se deben aplicar según las instrucciones del fabricante, utilizando las dosis recomendadas, verificando que el producto cuente con análisis de calidad y que esté debidamente autorizado su uso.

ii. Fertilizantes químicos: Generalmente, los fertilizantes de síntesis son de rápida acción, estimulando el crecimiento y vigorosidad de las plantas, sin embargo, el uso de ellos tiene que estar acompañado de ciertas consideraciones para no provocar condiciones adversas:

  • Seguir las instrucciones del fabricante.
  • Seguir el programa de fertilización aplicando las dosis recomendadas y según el calendario de aplicación.
  • No aplicar cerca de fuentes de agua o canales. Suspender la aplicación si se presentan lluvias.
  • Verificar que los equipos se encuentren debidamente calibrados y con mantenimiento
¿Sabías qué?
El uso desmedido de fertilizantes puede contaminar cuerpos de agua como: ríos, lagos y acuíferos, así también los suelos.

Dato útil:
Cada vez que se utilicen fertilizantes u otro producto químico, mantener registros de ellos, ayudará a evitar confusiones en la dosis, evitando así el exceso de aplicaciones o falta de ella (GLOBAL G.A.P., 2017), contribuyendo así a un mejor desempeño productivo del cultivo. A continuación, se propone la información mínima de registro: - Nombre del cultivo y/o variedad tratada: - Nombre comercial del producto: - Área geográfica, nombre o lugar de referencia tratado: - Fecha y hora exactas de aplicación: - Nombre comercial completo de la sustancia utilizada: - Maquinaria utilizada para la aplicación: - Cantidad de producto aplicado:

2.2.2 Manejo integrado de Plagas y Enfermedades (MIPE)

El propósito del MIPE es mantener las poblaciones de plagas y enfermedades bajo niveles que no ocasionen daños de importancia económica en los productos cultivados y cosechados, esto se logra a través de la combinación de las diferentes estrategias de control disponibles. Estas prácticas de control son esenciales para evitar que se genere pérdida de alimento. Por ejemplo, un caso de estudio mostró que los daños asociados por plagas y enfermedades estaban ligadas a la presencia de hongos en las raíces de las lechugas lo que provocaba que la coloración de las hojas se tornara de un color amarillo, siendo descartada netamente por sus atributos estéticos.

A continuación de describen las prácticas recomendadas de MIPE que contribuyen a disminuir la pérdida de alimentos:

  • Realizar monitoreo de plagas en cultivos y poscosecha: Mantener procedimientos para evaluar la presencia y nivel de incidencia de las plagas y enfermedades en el cultivo, así como procedimientos para seleccionar el material de propagación proveniente de viveros.
  • Utilizar sistemas de control de plagas y enfermedades: Seleccionar un sistema de control de plagas que sea efectivo acorde a su cultivo para ello se recomiendan las siguientes prácticas:

- Control Cultural: Mantener las labores del cultivo al día como el raleo, deshoje, desflore, poda, desmalece, erradicación de partes afectadas por las plagas, así como los volúmenes adecuados de riego y fertilización para desfavorecer la presencia de plagas y enfermedades. Ejemplo: Una mayor presencia de larvas en las papas puede estar relacionado a un bajo control de malezas.

- Control biológico: Utilizar los enemigos naturales (predadores, parasitoides o patógenos), empleando organismos predadores nativos de las especies “plaga” para mantenerlas controladas. Cabe mencionar que para un control biológico eficiente, es necesario contar con un hospedero (corredor biológico o bandas florales) más un uso adecuado de plaguicidas.

- Control botánico: Emplear preparaciones basadas en extractos vegetales con fines de protección agrícola. Muchos de ellos se basan en extractos de caléndula, ruda, ortiga, quillay, entre otros. Existe variada literatura y experiencia de agricultores en la elaboración de bio-preparados.

- Control físico: Emplear medidas físicas para controlar las plagas por ejemplo el uso de cintas atrapa insectos, mallas o barreras antiplagas, trampas de luz, aspiradoras o sopladoras mecánicas, uso de aceite vegetal o mineral, así como productos con registro orgánico a base de extractos vegetales, entre otras.

- Control fitosanitario: Aplicar dosis adecuada de productos que están destinados a prevenir, evitar, destruir, atraer, repeler o combatir cualquier plaga o enfermedad.

Tener criterios legales y técnicos para elegir los productos fitosanitarios (PF)

  • Para elegir los productos fitosanitarios a aplicar en los cultivos, hay que tener en cuenta las siguientes consideraciones para no afectar la inocuidad del alimento, y en consecuencia generar pérdida de alimento:

- El personal competente podrá recomendar la aplicación de productos fitosanitarios (PF) por escrito.

- Los PF tienen que estar aprobados para ser usados en el país y/o cultivo, para las plagas o enfermedades (SAG, sf) .

- No programar aplicaciones de PF prohibidos o de uso restringido en el país Leer y seguir las etiquetas de los productos, así como la ficha técnica.

- Seleccionar los PF menos tóxicos a la salud humana. Implementar un esquema de rotación de PF alternando los grupos y modos de acción disponibles para atacar a las plagas, minimizando la resistencia.

- FRAC e IRAC organismos privados que velan por el buen manejo de las moléculas químicas para evitar la resistencia a las plagas (ver Anexo 3. letra H y letra I).

  • Llevar registros de aplicación y consumo de fitosanitarios: Mantener registros con la información de la aplicación de PF y evaluar el incremento o disminución en el consumo de ellos y las respectivas razones.
  • Verificar la calidad de las aplicaciones.
  • Mantener los equipos de aplicación en buen estado.

2.2.3 Requerimientos hídricos

Para que un cultivo se desarrolle adecuadamente, es importante que se satisfagan sus requerimientos hídricos de acuerdo al tipo de clima, suelo y estado fenológico. Para ello, es necesario un riego eficiente, que evite la falta o exceso de agua, lo que a su vez puede contribuir a reducir las pérdidas de alimento. Algunas prácticas para tener un buen sistema de riego son:

  • Limpiar y reparar los canales de distribución de agua, sistema de goteo o micro aspersores, permite brindar de forma oportuna el agua requerida (Curriculum Nacional, sf) .
  • Evitar el riego excesivo, para evitar la propagación de hongos. Actualmente se cuenta con información digital de fácil acceso sobre datos meteorológicos locales que permiten regar en forma eficiente, según temperaturas, humedad ambiental, evaporación, etc).
¿Sabías qué?
El exceso de agua (saturación) puede pudrir los alimentos, afectar su tamaño, aumentar la probabilidad de enfermedades y disminuir el rendimiento de la planta (González M., et al., 2006; INIA, 2017e). Por ejemplo, en un caso de cultivo de lechuga, se observó que el exceso de agua afectó al calibre de la lechuga, siendo de un calibre menor al del mercado.

2.2.4 Manejo preventivo ante eventos climáticos

Eventos climáticos inesperados como la lluvia extrema, sequía y heladas, entre otras, pueden afectar la coloración, el tamaño, la forma e incluso generar magulladuras en el alimento. Así mismo, aumenta la probabilidad de afecciones por enfermedades, pudrición y por consiguiente menor aceptación en el mercado. Preparar el área de cultivo para la llegada de eventos climáticos inesperados es fundamental para evitar la pérdida de alimento, para esto se recomiendan las siguientes estrategias:

  • Reducir la contribución de la evaporación del suelo con acciones como acolchado, por ejemplo, uso de residuos vegetales (mulch)(IFPRI, 2009).
  • La inclusión de variedades tolerantes o resistentes a la sequía (IFPRI, 2009) y a la humedad.
  • Escapar de la sequía cambiando la fecha de siembra (IFPRI, 2009).
  • Implementar sistemas de producción controlados, como, por ejemplo, invernaderos (IFPRI, 2009).
  • Instalar barreras de protección para salvaguardar el alimento. Por ejemplo, una malla antigranizo o una malla para evitar golpes de sol, mantas térmicas, entre otros.
¿Sabías qué?
La agricultura es extremadamente vulnerable a eventos climáticos y esto se ha potenciado con el cambio climático. El aumento de temperatura cambia la producción de los cultivos, y puede provocar la proliferación de pestes, así como los cambios en los regímenes de lluvias aumentan la probabilidad de fracasos de las cosechas a corto plazo (IFPRI, 2009).

Referencias:

Puedes descargar la guía completa aquí: Guía para Prevenir y Reducir la Pérdida de Frutas y Hortalizas