GUÍA PARA PREVENIR Y REDUCIR LA PÉRDIDA DE FRUTAS Y HORTALIZAS. PARTE 1

GUÍA PARA PREVENIR Y REDUCIR LA PÉRDIDA DE FRUTAS Y HORTALIZAS.    
PARTE 1

EL PROBLEMA

La Pérdida de Alimento corresponde a la disminución de la masa de alimentos comestibles para el consumo humano3 , durante las etapas de producción (ej. cultivo en terreno), poscosecha (ej. almacenamiento) y procesamiento (ej. Limpieza o empaque) de la cadena de suministro de alimentos.

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE PREVENIR Y REDUCIR LA PÉRDIDA DE ALIMENTO?

Contextualizando la situación alimenticia en Chile vinculada a la malnutrición, el consumo de alimentos excesivamente procesados y una escasa actividad física; se hace inminente el que productos más saludables como frutas y hortalizas sean accesibles a la población. A partir de los lineamientos que entrega esta guía, se busca que el alimento fresco aumente las posibilidades de ser consumido.

A continuación, se presentan algunos de los impactos que genera la PA:

SEGURIDAD ALIMENTARIA Y NUTRICIONAL

Son casi 821 millones de personas que sufren subalimentación en el mundo (FAO, 2019). Esto se vuelve más delicado si se considera que en América Latina se pierden y desperdician hasta 127 millones de toneladas de alimentos al año, los cuales serían capaces de satisfacer las necesidades alimenticias de 300 millones de personas, lo que equivalente a 17 veces la población chilena.

RECURSOS HÍDRICOS

A nivel global, se estima que los alimentos desaprovechados consumen alrededor de 250 km3 de agua dulce (FAO, 2016), lo que equivale a satisfacer las necesidades hídricas de toda la población de Latinoamérica y el Caribe durante 11 años.

Ejemplos del consumo de agua dulce que se necesitan para producir algunos alimentos: Por cada kilogramo de tomate producido se requieren 180 litros de agua (SISS, s.f a); para producir 1 kilo de papas se necesitan 900 litros de agua (SISS, s.f b); para producir 1 kilogramo de legumbres se utilizan aproximadamente 50 litros de agua.

Consumo de agua dulce por producción de alimentos.

USO DE SUELO

Se estima que se utilizan aproximadamente 1.400 millones de hectáreas para producir alimento que no es consumido, lo que representa 7 veces la superficie de Chile.

GASES DE EFECTO INVERNADERO

La pérdida y el desperdicio total de alimentos generan 3.300 millones de toneladas de CO2 equivalente (FAO, 2016) , es decir, si los alimentos desaprovechados fueran un país, ocuparía el tercer lugar entre los principales países emisores de gases de efecto invernadero, precedido por China y Estados Unidos.

Prevenir la pérdida de alimento es una invitación a replantear el alimento, dándole la importancia nutricional que se merece, considerar los recursos naturales asociados y reducir los impactos ambientales que implica la PA. Lo que a su vez, hace un sistema alimentario más eficiente y aumenta su sostenibilidad, a través del uso de los productos y excedentes de una manera innovadora.

LA SOLUCIÓN

Esta guía entrega lineamientos para prevenir la pérdida de frutas y hortalizas en las primeras etapas de las cadenas agroalimentarias. Además, busca motivar a los agricultores para tomar conciencia de su importante rol en la alimentación de la población y ser proactivos en la búsqueda de alternativas de venta y valorización del alimento, generando nuevos ingresos y promoviendo su acceso para la propia familia y la comunidad. Se han identificado cuatro áreas en las que se pueden implementar mejores prácticas para minimizar las pérdidas de alimento: planificación; producción agrícola; cosecha, poscosecha y almacenamiento; y primer transporte.

A continuación, se detallan estas prácticas.

1) Planificación

La diversidad de formas y tamaños de los alimentos presentes en las cosechas se convierte en un desafío para el agricultor a la hora de identificar las rutas que debe seguir este alimento para finalmente ser consumido. La venta directa o con intermediación, la venta con valor agregado y la donación; surgen como opciones para lograr este cometido. Desarrollar la habilidad de planificar con anticipación estas rutas trae consigo beneficios: para el agricultor al aumentar el flujo de ingresos, para el ambiente al optimizar el uso de los recursos a la comunidad al aumentar la disponibilidad de los alimentos de calidad.

1.1 - Definir compromisos de compra anticipada: Promover la realización de contratos o compromisos de compra anticipada, tomando en cuenta las diferentes formas y tamaños que podrían resultar en la cosecha, ayudará a evitar excedentes que puedan convertirse en pérdida de alimento. Para ello es importante establecer contratos o compromisos de compra con los diferentes compradores ya sea supermercados, cooperativas, emprendimientos locales u otro. Para ello se recomienda que dichos documentos contengan al menos:

  • Los volúmenes de compra y las características del producto.
  • Acuerdos comerciales transparentes por ejemplo la logística, el empaque, entre otros.
  • El precio de venta, para ello es útil investigar las tendencias en el precio del mercado, así como conocer los costos de producción del
    cultivo.
  • Generar cláusulas que reconozcan de manera justa y equitativa las
    responsabilidades de las partes cuando se presenten situaciones
    inesperadas (por ejemplo: granizadas, inundaciones, entre otras).

En Chile se ha comenzado a trabajar con un sistema denominado intermediario equitativo, quienes promueven la transparencia de los sistemas de alimentos cultivados, la transparencia en las transacciones y la colaboración en la planificación productiva, permitiendo asegurar la venta de los alimentos cultivados.

1.2 - Realizar venta directa al consumidor final: Fomentar la venta directa no solo permite al consumidor final disfrutar del aroma, el color, la frescura y el sabor del alimento, sino que trae consigo beneficios para el agricultor como el recibir un mejor precio al evitar la cadena de intermediación, crear vínculos de confianza e interés mutuo por el cuidado del cultivo, acortar las distancias. Algunas alternativas para lograr esta práctica son:

1.2.1 Vinculación con el mercado local: Reconocer el potencial del mercado local como un nuevo nicho de comercialización, es una alternativa para vender productos diversos en forma y tamaño. El mercado local emplea estos alimentos en fresco para producir productos procesados, valorando su aporte nutricional. Algunos ejemplos de mercado local podrían ser:

  • Centros educativos o empresas que cuenten con casinos de alimentos.
  • Pastelerías del sector, donde puedan ocupar las frutas sobre maduras, aplastadas o deformes en sus preparaciones.
Por ejemplo, en uno de los casos de estudio, el productor de frambuesas vendía a una pastelería local aquellas frambuesas que estaban aplastadas.
  • Restaurantes locales, empresas de eventos o de catering, para que preparen alimentos a partir de estas frutas y verduras.

1.2.2 Incentivar la formación de alianzas: Incentivar la formación de alianzas de comercialización a través de mercados de agricultores, cooperativas de productores, grupos de compra solidaria, etc; crean vínculos directos con el mercado local. Esta práctica es muy conveniente cuando el volumen de venta de un solo agricultor es insuficiente para satisfacer la demanda de los clientes. Las cooperativas y alianzas con otros agricultores facilitan el acceso a diferentes mercados al representar mayores volúmenes de venta, además entrega mayor poder de negociación a los agricultores.

1.3 Dar valor agregado al alimento: Explorar nuevas oportunidades de negocio, desde la planificación, para otorgarle un valor agregado al producto, permitirá generar nuevas opciones que eviten la generación de excedentes que puedan transformarse en PA. Algunas alternativas que se proponen son:

  • Elaborar mermeladas con aquella fruta u hortaliza que se encuentra sobremadura, deforme o de calibre pequeño.

Inclusive existen mermeladas hechas a partir de hortalizas, como de pimentón, cebolla y tomate que son considerados como un alimento gourmet.

  • Elaborar conservas y fermentados de hortalizas que se encuentran deformes, decoloradas o de calibre menor.
Los fermentados, se producen a partir de hortalizas marinadas (por ejemplo: el chucrut), son fuente de probióticos que ayudan a la digestión. Es una excelente forma de conservar alimentos por largos periodos de tiempo.
  • Elaborar cremas y patés de hortalizas descartadas.
  • Deshidratar frutas y hortalizas que no cumplan con las condiciones estéticas del mercado.
Por ejemplo: En Chile, productores de la región de Atacama están explorando la utilización de las hortalizas consideradas para descarte por poseer un calibre pequeño, para ser deshidratadas a través de la energía solar (INIA 2016a).

De esta forma, es posible dar cuenta que existe un amplio campo en el mercado de la fruta y hortaliza descartada. Explorar estos mercados pueden inspirar la creación de nuevos emprendimientos y al mismo tiempo combatir la pérdida de alimento.

1.4 Donación a bancos de Alimentos y/u organizaciones de la sociedad civil

En caso de los posibles excedentes de producción, una buena opción para evitar la pérdida del alimento es a través de la donación. Crear acuerdos de donación con agrupaciones o bancos de alimento garantizará que este sea un real aporte a personas con necesidades nutricionales específicas. Existen organizaciones benéficas que recuperan estos alimentos ya que cuentan con voluntarios que podrían encargarse de la cosecha y transporte. Acercarse a fundaciones, a la iglesia u otra entidad sin ánimo de lucro podrá garantizar que el alimento producido no se pierda.

Referencias

Puedes descargar la guía completa aquí: Guía para Prevenir y Reducir la Pérdida de Frutas y Hortalizas